Era un pueblito casto y tranquilo como otro cualquiera sumido en el monte, hasta que un gris y aburrido domingo uno de los muchachos gritó: ¡La Virgen, he visto a la Virgen! Desde entonces, la plaza se llenó de vendedores ambulantes, aumentaron las ventas del pequeño comercio y se abrieron hoteles de gran lujo para los miles de turistas, religiosos y feligreses que procedían de todos los confines del mundo. Al pasar el tiempo el pueblito se convirtió en una metrópolis, donde había de todo, excepto vírgenes.
¡Ay!, qué será de mi cuando ya no tenga huesos ni palabras... Me desperté, y al querer estirarme para aflojar las coyunturas, no pude hacerlo. Traté con esfuerzo de desplegar mis brazos hacia los lados, mientras intentaba abrir la boca, pero no pude moverme ni un centímetro. Me sentí como un charco sobre la cama, con los ojos bailándome en las cuencas, y la piel, puro pellejo. De pronto una risa hueca me sorprendió, y veo, lo que parecía ser mi esqueleto apoyado en la pared; y éste, de manera cínica me dijo: —Sin mí no puedes hacer nada, ¿verdad querido? —¿Pero qué haces ahí?, pedazo de huesos —le dije. Le ordené que volviera, pero el muy condenado se negaba. —Hoy es tu día libre y yo me encargaré del quehacer de la casa —me dijo con ternura. —¡Ah, sí!, ¿y cómo te las arreglarás sin mi cerebro, pedazo de fósil? —Yo también tengo mis sesos, mijito, por si no lo sabías, es una copia virtual del tuyo. Respiré su soberbia. No me quedó otro remedio que aceptar su individual...
también podría llamarse La santa paradoja... jaja
ResponderEliminarMuy bien planteado, Héctor. Una realidad aplastante. El boca a boca, el mejor marketing, luego que la calidad del producto sea buena, ya es otra cosa. En este caso, tu producto es bueno ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
o los misterios de la evolución :-). Me gustó. Saludillos
ResponderEliminarSe ve que a las vírgenes les dan dolor de cabeza las multitudes
ResponderEliminarmuy bueno Rivero
ResponderEliminar¡y muy cierto!!
saludos
Gracias, Reina, Maite, Puck y Anita. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Escarcha. Detras de la verdad, siempre. ;)
ResponderEliminarEso es progreso. El de tu micro, no el del pueblito.
ResponderEliminarUn abrazo Hector.
Gracias, Torcuato. Un abrazo.
ResponderEliminarque buen desarrollo del tema. Un cuento ensayo?
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