HELICÓN
Ay, hijita de mi vida y corazón, subí la cuesta apoyado en mi bastón para buscar el correo. Con esfuerzo recogí unas basuras que irresponsables arrojaron a la orilla del camino. Hablé con los árboles y con el horizonte. Silencio. Le puse el dedo pulgar a la media luna en el azul para que pareciera mi uña, como lo hacia contigo cuando eras pequeñita. Al abrir el buzón encontré tus ecos… te amo hijita, donde quiera que estés…
Es triste no tener cerca a quien se perdió. Bella forma de transmitirlo. Precioso lo de la uña y la luna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Torcuato. Me da alegría que hayas entendido el mensaje. Un abrazo.
ResponderEliminarPura poesía, Héctor. Hermosas imágenes con las que trasmites y anticipas la vaciedad del buzón: las basuras, el silencio... Y lo de la uña y la luna, como dice Torcuato, genial. De lo mejor que te he leído. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
me gustó mucho lo de los ecos y el buzón. Realmente destacable.
ResponderEliminarExtraña caja de sorpresas es la vida...me caigo para atrás de la sorpresa...Es un texto real y vivido, una contestación llena de sinceridad a una persona amiga, y decidí poenerlo en los blogs para desahogarme más...Torcuato, Alberto y Daniel( ¡!) gracias por compartir
ResponderEliminarMuy buen micro Héctor.Dos frases finales para enmarcar.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un saludo indio
Me gustó. Hermosísima la imagen de la luna como uña.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Agradable sorpresa, Gonz, usted por aquí, ¡muchas gracias!Un abrazo
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