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─Señor, usted no puede leernos como se siente, nos suena elaborado y fantasioso eso de insectos, queremos oír de sus labios cómo se siente─dijo el jefe psiquiatría examinador desde el otro lado de la mesa. Él se mantuvo silencioso y sereno, esbozó una leve sonrisa irónica y frustrada; recogió los papeles y se marchó con una chispa de luz en sus ojos negros y grandes. Llegó a la casa , se encerró en su alcoba y comenzó a escribir sobre un insecto, mientras su hermana se burlaba de él.