sábado, 24 de julio de 2010

TODO LO QUE SUBE…


Hacía lo que le gustaba, hasta que la fortuna lo tocó con el dedo una mañana gris y se convirtió como por ensalmo en un prestigioso escritor de minificciones. Subió al escenario, y sintió las miradas del público sobre él. No eran ojeadas normales; eran ojos mirones que le hacían sentir mejor que cualquiera de este mundo, aunque no lo fuera ni de lejos. No tardaron en llegar las envidias con sus máscaras verdes; los fanáticos con sus obsesiones de imitarlo; los falsos aduladores y críticos; los paparazis; la gente interesada, y lo peor, su propio ego, que de repente le dio un botellazo. Cayó de bruces entre la multitud que lo insultaba, y entre escupitajos se marchó para su casa a escribir este triste microrrelato.

jueves, 22 de julio de 2010

2012: El fin del gen egoísta


El sábado 21 de diciembre de 2012 amaneció como cualquier otro. La humanidad continuaba su curso normal con su cúmulo de acciones; la simultaneidad de los eventos y la cotidianidad de la gente, sumergidas en sus pequeñas cosas y asuntos, proseguían como siempre. No hubo erupciones solares, ni disminuyó el oxígeno; no hubo inversión del campo magnético terrestre ni epidemia global; no impacto de asteroides ni de rayos gamas; nada de invasión de extraterrestres ni planetas gigantes en el cielo; nada de explosiones nucleares ni cataclismo alguno; nada de esterilización masiva, y mucho menos, cristos bajando en nubes.
El sol iluminaba como nunca antes sobre un fondo azul el lado oriental del planeta. En el lado oeste era de noche. De repente un destello suave de luz violeta iluminó el ambiente, como si hubiesen tirado una foto, cuestión de un segundo. Pasado el fenómeno, la gente comenzó a sentir dentro de su ser una plenitud nunca antes sentida. Tanto los del lado oeste como los del este salieron de los edificios y de sus casas, alborotados, como impulsados por una ajena energía, y fue entonces cuando se dieron cuenta de que hasta el más misántropo rompía la verja de su casa, y de que todos los residentes de la calle se abrazaban contentos. El efecto fue mundial y rápido. Los medios comunicativos, sin competir, informaban el extraño fenómeno. Todos los seres humanos se daban a los demás. Los multimillonarios, así como los líderes de los países, procedieron a compartir sus riquezas. Equidad, justicia y paz. El sueño de Jesús, Gandhi , King y Lennon se cumplió.
En los días siguientes los 6,531,390,346 habitantes de este precioso planeta llamado Tierra continuaban vulnerables, se enfermaban y el globo giraba con sus abruptos y calamidades naturales; pero había una nueva fuerza de luz en sus corazones que los guiaba, ya las cosas inútiles y las posesiones no les interesaban. Los días feriados se eliminaron y la imaginación, el deseo, y la esperanza empezaron a ser suficientes para celebrar la vida. Seguían egoístas, pero en el sentido bueno y natural. Gracias a los avances de la nueva tecnología, el mestizaje de razas se fue acelerando y se creó una organización mundial e interrelación libre de prejuicios.El dinero comenzó a usarse como un modo de intercambio para compartir y ayudar, no para obtener ganancias. Muchas de las terribles enfermedades como el cáncer se convirtieron en historia. Poco a poco fueron equilibrándose lo femenino y lo masculino y todas las fuentes de conocimiento. Se dieron a conocer todos los secretos guardados por las agencias de los gobiernos, de tal manera que nadie se privara de lo mejor del planeta. Nuevas plantas medicinales, como la stevia y otras, empezaron a usarse para mejorar la salud de todos. Ya nadie se asustaba con la mentira capitalista de una futura superpoblación o de que el agua se agotaría. No más guerras, hambre y drogas. La prisa y la locura generada por la globalización se detuvo; cantidad se sustituyó por calidad y se retomaron los valores de la familia, de los amigos y de la vida comunitaria. Se acabaron las idolatrías teóricas. Ya no era cuestión de supervivencia sino de reconocer la conciencia del otro. Comenzaron a ser libres pensadores; a no depender de religiones o filosofías que les digan que está bien o mal. Aunque algo exterior a ellos los modificó, fue ahí cuando comenzaron a ser en vez de estar. Comenzaba la era del gen altruista.
“Algo” o alguien, desde muy lejos o muy cerca, los observaba y sonreía desde muy adentro de sus corazones.

miércoles, 21 de julio de 2010

NUEVO EMPLEO

Luego de ser cerrado el infierno para siempre, Cerbero consiguió trabajo en un circo. En su primera presentación se robó el show al agarrar tres frisbees a la vez, y sirvió de arquero en el equipo de fútbol de los payasos.

SISPILACOPA



Y después de descansar toda la eternidad dominguera, Jehová se despertó frente a su computadora, miró a la redonda, y arrepentido de toda la porquería que había hecho, dijo:“¡Bórrese el universo!” E hizo click en “delete”.

LAS CUATRO PLAGAS