HAMBRE
En una segunda oportunidad un creador arrojó un enorme huevo hombre y a a una mujer a un planeta terciario con un solo sol y una sola luna. Al salir del huevo, la fémina, hambrienta, lo primero que vio fue una vid llena de uvas y sin pensarlo dos veces las desgarró. Bajo sus pies se produjo un jugo morado y la magia del amor los rondaba. El hombre bebió el jugo, lo saboreó en repetidos sorbos y lo compartió con ella. Dulcemente se adormecieron apaciguados. Aún no han despertado. Nosotros somos sus sueños y pesadillas.* * Gracias, Julio