EL DISCÍPULO II
Comenzó el día eufórico de amor y con un sentido pleno de libertad, a todo el que encontraba les decia un “te amo”. Las mujeres lo ignoraban recelosas y recibió puñetazos de los hombres. Solamente los niños, algunos homosexuales y los ancianos le devolvieron una sonrisa. Terminó el día encerrado en la cárcel municipal por estorbo a la paz y acoso sexual.