EL DISCÍPULO II
Comenzó el día eufórico de amor y con un sentido pleno de libertad, a todo el que encontraba les decia un “te amo”. Las mujeres lo ignoraban recelosas y recibió puñetazos de los hombres. Solamente los niños, algunos homosexuales y los ancianos le devolvieron una sonrisa. Terminó el día encerrado en la cárcel municipal por estorbo a la paz y acoso sexual.
Ya nadie cree en un te amo sincero... :(
ResponderEliminarGenial! Tengo emociones encontradas! En definitiva me pareció un cuento tragicómico!
ResponderEliminarSaludos!
Querido Héctor, qué micro tan lleno de vida, sentimiento e incomprensión, hubiera deseado encontrarlo y sonreirle.
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