sábado, 7 de agosto de 2010

LOS MIL Y UN DINOSAURIOS

Te contaré el cuento del nunca jamás...
No, no es muy original.
Había una vez,  dos...son tres, tres cerditos...
No, ese es muy predecible.
“¡Ay, Dios mío, tengo que contarle un cuento ingenioso!”, pensó. Entonces tuvo la más brillante de las ideas y le dijo: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.” De ahí en adelante, Scherazada, estuvo mil noches explicándole al rey por qué el animal se quedó.

viernes, 6 de agosto de 2010

SABIDURÍA

“Nosotros, los seres humanos, somos un poquito más altos que la hierba”, dijo el viejo sabio al humilde pastor que lo observaba en silencio. Luego, miró hacia las estrellas y añadió:
“Pero aun así, terminamos arropados por ella.”

ALLÁ: RELATO BORICUA

En el “bauty parlor” del barrio se encontraron Celia y Sofía, después de mucho tiempo de no verse.
―Hola muchacha, como estás. ¿Y qué, cuando llegaste? Hacia tiempo que no te veía, mija ―le dice Celia, sorprendida.
―¡ Hola, Sofi ! Pues apenas llevo una semana que estoy aquí. Allá me gusto pero me sentí sola, tú sabes no es lo mismo cuando uno tiene la familia cerca.
―Entiendo muchacha, pero allá es tan bueno. Yo cuando estuve allá recibí muchas ayudas. Allá no es como acá que se les va to en papelerías y tardan una eternidad para darte un poco e chavos.
―Sí, yo tenía casi todas las ayudas y a los nenes le gustaba la escuela, ya hablan más inglés que yo.
Un señor que acompañaba a su esposa, con pinta de presentao’ , se inmiscuyó en la conversación, y dijo:
―Allá como que hay más respeto, ¿verdad? Nosotros tuvimos veinte años viviendo allá, y en todo ese tiempo nunca vimos basura en las calles ni revoluces políticos. Figúrense, allá hay tanto orden que cuando la guagua escolar se detiene a dejar los muchachos, los carros que vienen atrás se detienen también, y no pasan. Muchacho, aquí se para la guagua y le quieren pasar por encima. Y en to’ ese tiempo que estuve por allá, nunca oímos radios ni altoparlantes altos. Aquí hay que ver el ruido y el alboroto que se forma con los servicios religiosos en las casas y las pachangas políticas. Si es que allá hay respeto y decencia. Cuando tienes una cita con el médico, te llaman con anticipación.
―Igualito a Puerto Rico ―comentó con ironía una de las peinadoras, la cual tenía su oreja en forma de embudo, y escuchaba la conversación.
―Asi mismito es. Miren allá no hay ni un hoyito en las carreteras, están bien cuidadas, y Dios libre que pidan dinero en la calle. No, allá eso no va. Es más pa’ pedir chavos allá, tiene que ser pa’ una causa benéfica y tiene uno que vestir decente, sacar un permiso y regalar dulces o algo así a la gente que te da dinero. Así mismo es….Allá…Allá…
Y los “allá” se multiplican entre el somos y no somos de mi pueblo que se muere de nada en su absurdo realismo mágico.

STUFF

Frente a la vitrina de una joyería una muchacha contempla las prendas de fantasía. Sus ojos brillan de deseo, pero  su sonrisa es triste; sabe que su carterita está vacía. Al lado, en la pared, hay un cartel con la foto de Paris Hilton sonriendo pícaramente.  Pobrecita Paris, no tiene culpa de tener tanto dinero.

miércoles, 4 de agosto de 2010

ASMODEUS


"Aturdido y abrumado, por la duda de los celos se ve triste en la cantina a un borracho ya sin fe, con los nervios ..."

El viejo verde, amante infiel, se levantó de la cama muy temprano en la mañana. A su lado, arropada entre las sábanas, dormida y roncadora se encontraba su chilla preferida. Un litro casi vació de ron Palo Viejo decoraba la mesita de noche y cuando el hombre fue a encender la luz, cayó al piso; pero la mujer no se despertó. El plasma estaba encendido a bajo volumen y se veía a Chucho Avellanet cantar La copa rota, una vieja canción que le despertó la nostalgia de joven chulo y bohemio al concupiscente. " No la canta tan mal, pero ninguno como Felipe. Caramba, tengo que avanzar a llegar a casa de mi doña, hoy es nuestro aniversario, no vaya nunca a sospechar", se dijo. Luego se dirigió hacia el baño para lavar su caja postiza y se enredó en una fina tela de araña, de esas que se forman por la madrugada; la sacudió a la misma vez que maldecía a esos bichos. Caminó hasta la cocina para prepararse un poco de café, parte del paquete de sus aventuras. De pronto sintió un olor extraño, hediondo y penetrante que entraba por las persianas. Curioso, quiso salir afuera, y al abrir la puerta, una brisa lo aumento más. Al cubrirse la nariz, no se percató de que una mosca tuerta, de aspecto indeterminado, entraba sigilosa. Impávido, miraba a su alrededor, pero el vecindario no era el mismo; una neblina gélida y lechosa cubría las calles, y siluetas de lo que aparentaban ser gentes miraban por las ventanas de sus casas. Sorprendido, entró a la casa, miró por la ventana para cerciorase y no vio niebla alguna; de hecho era el barrio donde había vivido por veinte años y lo conocía como a la palma de su mano. Nunca en su vida había visto niebla en ese pueblo. Entonces, precavido, sale afuera otra vez, y se encuentra de nuevo en medio de la neblina espesa. "¿Cómo es posible que de adentro no se notara? ¿Dónde rayos me encuentro?", se dijo. Azorado, con el corazón palpitante, entró de nuevo a la casa, miró por segunda vez a través de las cortinas, pero todo se veía normal; excepto que, cuando volteó la cabeza para decírselo a su amante, vuelve a sentir el hedor, y ve, horrorizado, a una mujer caminar hacia él, despeinada, con un solo ojo de mosca y un cuchillo ensangrentado en una mano; vestida tan solo con un bikini amarillo, amenazaba chupárselo con una enorme trompa que le salía por la boca. Era su esposa.
─Ven aquí mi cubito de azúcar, es nuestro aniversario…
"…mozo sírveme la copa rota, quiero desangrar gota a gota el veneno de sus amor…"

NÉMESIS


Érase una vez un hombre que maldecía a la fuerza de la gravedad cada vez que algo se le caía de las manos, ya sea el cepillo de dientes cuando se cepillaba o el martillo cuando trataba de arreglar algo en su casa. Maldecía tanto y tanto que una mañana amaneció flotando sobre su cama y se enfermó de grave-edad.

ORI-GENES


En el día sexto era sólo una masita de color amarillo, disforme y fetal como un grano de maíz, que dormía plácidamente en su cunita de carbón. De súbito se escuchó una voz portentosa que llenó el vacío con tres palabras: “Hágase la luz”. Entonces la masita despertó asustada, le dio hambre y pujó, pujó y pujó hasta que le crecieron piernas. Corrió hasta donde estaban los buitres y se convirtió en el primer ser humano.

TEORÍA DEL MICROPORNO


En un microrrelato común el protagonista se introduce, se hace un nudo y luego se desenlaza. En un microrrelato porno el protagonista se des-nuda, se enlaza y luego se introduce.

martes, 3 de agosto de 2010

TRAVESTISMO

El río, cansado de ir a la costa, se quedó en la montaña; se convirtió en laguna, pero ahora extraña a las olas. La costa, sola y aburrida, decide buscar otro río, pero antes se asegura de que su corriente sea prolongada y consistente.


lunes, 2 de agosto de 2010

LA SEGUNDA VENIDA DEL CRISTO


Aunque no hay registro alguno que lo compruebe, Jesús sí retornó a la maldita Tierra en el siglo veinte, pero nadie se dio cuenta porque nació en una colonia del Caribe y creció más allá de la frontera con Arizona; en forma de mujer, de piel oscura; vivió como lesbiana; fue madre soltera, discapacitada, pobre; y para completar el colmo de los colmos no reunía los estándares de estética de la época: era gorda, fea, bizca, chueca y tenía la cara llena de granos. A la edad de treinta y tres años le quiso decir a la humanidad que no se preocuparan y no tuvieran miedo porque el Reino se acercaba, pero la mataron-cosa predecible-; sólo que esta vez la violaron y la colgaron de un poste piernas arriba. La enterraron bajo el nombre de Joana Doe. El único legado que dejó a la humanidad fue un jardín muy hermoso con hierbas medicinales, pero los federales lo confiscaron alegando que cosechaba ilegalmente coca y marihuana.

domingo, 1 de agosto de 2010

LAS CUATRO PLAGAS