NÉMESIS
Érase una vez un hombre que maldecía a la fuerza de la gravedad cada vez que algo se le caía de las manos, ya sea el cepillo de dientes cuando se cepillaba o el martillo cuando trataba de arreglar algo en su casa. Maldecía tanto y tanto que una mañana amaneció flotando sobre su cama y se enfermó de grave-edad.
¡JAJAJAJAJAJA!!! ¡Muy bueno! :]
ResponderEliminar(yo ya entré a la grave...edad)
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Eso es asi, tocayo ; de esa edad no nos salva ni el médico chino!
ResponderEliminarAsí conocíamos uno que iba a un café que le apodábamos "el angustias", hay quienes nacen con vocación de amargado.
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