K
─Señor, usted no puede leernos como se siente, nos
suena elaborado y fantasioso eso de insectos,
queremos oír de sus labios cómo se siente─dijo el jefe psiquiatría examinador
desde el otro lado de la mesa. Él se mantuvo silencioso y sereno, esbozó una
leve sonrisa irónica y frustrada; recogió los papeles y se marchó con una
chispa de luz en sus ojos negros y grandes.
Llegó a la casa
, se encerró en su alcoba y comenzó a escribir sobre un insecto, mientras su hermana
se burlaba de él.
En exceso Kafkiano.
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