LA MEJOR MERCADOTECNIA ES DE BOCA EN BOCA
Era un pueblito casto y tranquilo como otro cualquiera sumido en el monte, hasta que un gris y aburrido domingo uno de los muchachos gritó: ¡La Virgen, he visto a la Virgen! Desde entonces, la plaza se llenó de vendedores ambulantes, aumentaron las ventas del pequeño comercio y se abrieron hoteles de gran lujo para los miles de turistas, religiosos y feligreses que procedían de todos los confines del mundo. Al pasar el tiempo el pueblito se convirtió en una metrópolis, donde había de todo, excepto vírgenes.
también podría llamarse La santa paradoja... jaja
ResponderEliminarMuy bien planteado, Héctor. Una realidad aplastante. El boca a boca, el mejor marketing, luego que la calidad del producto sea buena, ya es otra cosa. En este caso, tu producto es bueno ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
o los misterios de la evolución :-). Me gustó. Saludillos
ResponderEliminarSe ve que a las vírgenes les dan dolor de cabeza las multitudes
ResponderEliminarmuy bueno Rivero
ResponderEliminar¡y muy cierto!!
saludos
Gracias, Reina, Maite, Puck y Anita. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Escarcha. Detras de la verdad, siempre. ;)
ResponderEliminarEso es progreso. El de tu micro, no el del pueblito.
ResponderEliminarUn abrazo Hector.
Gracias, Torcuato. Un abrazo.
ResponderEliminarque buen desarrollo del tema. Un cuento ensayo?
ResponderEliminar