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MARZO OCHO EN ALGUN LUGAR DEL MUNDO

 “¿De qué te quejas ingrata? Nunca te ha faltado nada; lo tienes todo: ropa, zapatos, casa y comida…¡Tú no eres nadie sin mí! ¡Lárgate! ¡Aquí mando yo!”

CHASCO

Clarulina ilustración + Hector Luis Rivero Luego de lavarle y plancharle las arrugas a su marido, Soledad lo dobló con sumo cuidado y lo metió en su bolso de invierno; se vistió con el nuevo abrigo de flores acampanadas, se puso la bufanda y el sombrero, y salió afuera en busca de una nueva ilusión. Caminó silenciosa entre la nieve y se paró en una esquina a esperar a que pasara un corazón verde para que le subiera las feniletilaminas del cerebro.

ESCRITORES INTRINCADOS

Un grupo de escritores se propuso redactar la novela de la vida; iban de una ciudad a otra con todas sus computadoras, impresores y papeles. Pasaron diez, cincuenta, cien quinientos años hasta que por fin llegaron a Escritolandia, cuando de repente se para el autor más sabio y dice: ─Queridos colegas se nos han quedado las ideas y la inspiración; pero sólo uno de ustedes podrá ir a traerlas de regreso. ¿Quién lo quiere hacer? Por allá una crítica literaria levanta la mano y dice: ──Yo voy, con la condición de que no comiencen a escribir hasta mi regreso, ¿están de acuerdo? Y todo el grupo responde: ─¡Sí! Bueno, entonces la crítica literaria se va a su viaje. Pasaron quinientos, mil, cincomil, hasta diezmil años y llega un narrador del grupo y dice: ─No, a esa comentarista le pasó algo, debe de estar enferma, yo digo que escribamos ya y nos olvidemos de ella. Pero el literato más entendido le responde: ─No, no escribiremos, recuerden la promesa, sigamos esperando....

DETRÁS DEL ARBUSTO

Cuando despertó, encontró dos hojas de parra junto a él. Ella retornó al paraíso.

NO BIG DEAL*

El reportero esperaba afuera del estudio, ansioso por entrevistar a los concursantes. ─Oiga, usted, sí usted, díganos cómo se siente. ─Joder, solo he perdido 4 dedos, pero miré, ¡me he ganado el Ferrari de mis sueños! ─Pero se le va a hacer incómodo manejar el volante sin esos cuatro dedos, ¿no cree usted? ─¡Bah!, no importa hombre, y por si acaso, tengo un amigo médico que me injertará otros por una suma razonable; o si no me los pongo robóticos, todo es posible ahora. Los concursantes salían adoloridos y eufóricos del estudio de TV con sus boletos para premios gratis, tales como coches de lujo, móviles, plasmas, muebles y computadoras; pero todos con una mano vendada. “ Dame un dedo y llévatelo”, cada vez aumentaba   más su popularidad y “rating” en toda la nación americana.   * Publicado en EL FILANDÓN 3.0

LE OREDADREV SISENEG

El pensamiento se creó un cerebro. El cerebro creó  una mujer. La mujer se inventó al hombre,  se lo tragó, luego lo cagó y lo dejó abandonado en el edén. Como vio que no podía arreglárselas solo, decidió bajar a darle compañía por el resto de su vida.

LA ÚLTIMA NOVELA ROSA EN TIEMPOS DEL APOCALIPSIS

Llegó el fin. El cielo se derretía y gotas azules cayeron sobre ellos; sentían miedo a decirse los ver daderos sentimientos  y,  justo cuando ella le  dijo te amo, él bostezó. Jamás se enteró. Ella se quedó con los ojos cuadrados y él con la boca abierta.