En un cierto momento indefinido de su indefinida e incierta vida se había dado un traguito, dizque que "para despejar la mente y relajar el espíritu", pero terminó convertido en una botella más de las tantas desparramadas por ahí. Trató de esconder la horrenda metamorfosis untándose cola para madera, pero fue en vano. Un día, al llegar a la oficina, al sentarse, tambaleó, cayó al piso y se rompió. Todavía el conserje, con su habitual parsimonia y silbar, recoge con detenimiento los más pequeños pedacitos de vidrio, pues teme cortarse los dedos.
MICRORRELATOS Y OTRAS HIPERBREVEDADES DE HÉCTOR RIVERO A very good source to get scripts for film school shorts,all commercial use is copyrighted and exclusive property of the author. No puede copiar, reproducir, vender, distribuir, publicar, exhibir, modificar, crear trabajos derivados, transmitir o, de cualquier forma explotar ninguno de los materiales, trabajos o propiedad intelectual pertenecientes a a este blog sin explícito permiso.
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Durísima historia, me ha gustado mucho Héctor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buena historia, Héctor, la idea se sostiene muy bien estre ese querer esconder y esa rotura de vidrio que es la destrucción de la vida.
ResponderEliminarGracias, patricia y Maite. Triste realidad de la vida.
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