LAS SOMBRAS

Nunca se supo cuando comenzaron, lo cierto es que fueron reproduciéndose por millares hasta que llenaron todos los recovecos del planeta; se mezclaban entre la multitud y entraban a las casas, a los edificios, aun entre las camas de los amantes se confundían;  pero no hacian daño alguno. Eran solo sombras oscuras sin rostro definido y tan indiferentes como hojas secas al viento. El mundo se fue acostumbrando a ellas, eran casi trasparentes y se  iluminaban de noche con luz de luna. Solamente cuando llovía, las sombras se diluían entre las gotas y  se marchaban al cementerio más cercano…

Comentarios

  1. MAESTRO. Has dado un nuevo significado poético a la sombra. Bravo.

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  2. La sombras no hacen daño si uno no se deja atormentar.
    Me gustó tu poético micro.
    Un abrazo, Héctor.

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  3. Nunca había pensado que cuando morimos nuestras sombras quedan vagando sin dueño... me dio tristeza... :(

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