LAS SOMBRAS
Nunca se supo cuando
comenzaron, lo cierto es que fueron reproduciéndose por millares hasta que
llenaron todos los recovecos del planeta; se mezclaban entre la multitud y
entraban a las casas, a los edificios, aun entre las camas de los amantes se
confundían; pero no hacian daño alguno.
Eran solo sombras oscuras sin rostro definido y tan indiferentes como hojas
secas al viento. El mundo se fue acostumbrando a ellas, eran casi trasparentes
y se iluminaban de noche con luz de
luna. Solamente cuando llovía, las sombras se diluían entre las gotas y se marchaban al cementerio más cercano…
MAESTRO. Has dado un nuevo significado poético a la sombra. Bravo.
ResponderEliminarLa sombras no hacen daño si uno no se deja atormentar.
ResponderEliminarMe gustó tu poético micro.
Un abrazo, Héctor.
Gracias.
ResponderEliminarNunca había pensado que cuando morimos nuestras sombras quedan vagando sin dueño... me dio tristeza... :(
ResponderEliminarGracias, Reina :)
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