EL CANDIDATO
Solo faltaba ajustar la corbata. Estaba elegante. Cruzó serenamente el pasillo y llegó al pódium. El discurso fue muy elocuente y aplaudido, todo un éxito; mas al llegar las elecciones, fracasó. Olvidó un gran detalle mientras se vestía: la sonrisa.
Comentarios
Publicar un comentario