NO TODO LO QUE BRILLA...
A simple vista parecía una aparición de la Virgen. La brillantez en su cabeza y el manto azul que la envolvía hicieron arrodillar a más de un curioso. Algunos juraban milagros. Lo que nadie sabía era que Ambrosio, cansado de su monotonía sexual, arrojó a lo más profundo de la gruta la muñeca inflable, ya que su tiempo había concluído.