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Mostrando entradas de agosto 4, 2010

TERQUEDAD

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Había muerto, pero se negó a aceptarlo porque era muy terco. Hasta que un día, al estornudar, se le despegó la nariz, y entonces se resignó a su destino.

VIDA EN PAUSA Y SIN ADJETIVOS

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"Los Patriotas fundan naciones, los Políticos las corrompen y los Diplomáticos las venden." Ramón E. Dapena Heme aquí, con balas en el pecho, en medio de la calle como un perro entre  moscas. Las hormigas y el  polvo me agobian la nariz. ¡Qué cansancio! El sol me jode con su fuego. No logro encontrar el equilibrio para sobrellevar la carga  de mi conciencia. Estoy entre la vida y la muerte; me ahogo en un charco de sangre, y el  periodista no suelta su cámara para socorrrerme. Al paramédico se le olvidó la máquina de resucitar  y el capitán ha dado la orden de que nadie se me acerque. Mientras tanto yo sigo en cámara, o mejor dicho, mi cuerpo, que yace entre una botella de cerveza  y una bolsa de basura. Le debí hacer caso a Genoveva, ella me lo decía siempre: “Cuidadito mijo, no salgas a estas horas, mira que en la calle hay mucho peligro.” Ahora ella estará viéndome por televisión tanto como yo me veo ahí en la brea…y mañana ya puedo ver la plana de los periódicos: LINCHAN

EL INSTINTO DE ESCRIBIR

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El submarino se hundía en la negrura del mar. Sin tener mucho tiempo, y sin saber por qué, el marinero Dimitri comenzó a escribir   en una frágil hoja de papel unas líneas a su esposa: el último fragmento de la historia de su vida.

LA INCREIBLE Y TRISTE HISTORIA DE LA YEGUA VERDE Y SU JINETE DESALMADO

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Por una lejana montaña cabalgaba un jinete, llevaba en la mano un papel para…bueno, no, me equivoqué de línea; debo decir  cabalgaba  sobre su yegua trota. De súbito, el animal se paró en seco, estiro sus orejas largas y no se movió más. Anonadado, el jinete se bajó de la silla, dio tres vueltas alrededor de la potra y dijo: -¡Anda pal  cará, lo que me faltaba! Se sentó en una roca que había allí y esperó a que la yegua reaccionara, pero para su sorpresa ésta comenzó a cambiar su color pardo por uno verde; se irguió en sus patas traseras, dio un relincho que estremeció hasta los estribos la naturaleza adyacente, y su cabeza adquirió  forma humana. Su cara era de expresión dura y su cuerpo era gordo como de ballena. Alarmado, el jinete sacó su pistola y le aventó un par de balazos, sin darle tregua. -¡Toma, pa que te mueras, ingrata! A aquel fenómeno se le pusieron sus ojos como huevo cocido, mientras que con  su  boca torcida y mellada, preguntaba: -¿Dónde está Eréndira, condenado cara

RED SOCIAL

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Se conocieron a través del Internet y se hicieron muy buenas “amigas”. Hasta que un día   se enteraron de que vivían en el mismo barrio. Desde entonces ya no se comunican.

LOS MIL Y UN DINOSAURIOS

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─ Te contar é el cuento del nunca jam á s... ─ No, no es muy original. ─ Hab í a una vez,  dos...son tres, tres cerditos... ─ No, ese es muy predecible. “¡Ay, Dios mío, tengo que contarle un cuento ingenioso!”, pensó. Entonces tuvo la más brillante de las ideas y le dijo: ─ “ Cuando despert ó , el dinosaurio todav í a estaba all í.” De ah í en adelante, Scherazada, estuvo mil noches explicándole al rey por qué el animal se quedó.

SABIDURÍA

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“Nosotros, los seres humanos, somos un poquito más altos que la hierba”, dijo el viejo sabio al humilde pastor que lo observaba en silencio. Luego, miró hacia las estrellas y añadió: “Pero aun así, terminamos arropados por ella.”

ALLÁ: RELATO BORICUA

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En el “bauty parlor” del barrio se encontraron Celia y Sofía, después de mucho tiempo de no verse. ―Hola muchacha, como estás. ¿Y qué, cuando llegaste? Hacia tiempo que no te veía, mija ―le dice Celia, sorprendida. ―¡ Hola, Sofi ! Pues apenas llevo una semana que estoy aquí. Allá me gusto pero me sentí sola, tú sabes no es lo mismo cuando uno tiene la familia cerca. ―Entiendo muchacha, pero allá es tan bueno. Yo cuando estuve allá recibí muchas ayudas. Allá no es como acá que se les va to en papelerías y tardan una eternidad para darte un poco e chavos. ―Sí, yo tenía casi todas las ayudas y a los nenes le gustaba la escuela, ya hablan más inglés que yo. Un señor que acompañaba a su esposa, con pinta de presentao’ , se inmiscuyó en la conversación, y dijo: ―Allá como que hay más respeto, ¿verdad? Nosotros tuvimos veinte años viviendo allá, y en todo ese tiempo nunca vimos basura en las calles ni revoluces políticos. Figúrense, allá hay tanto orden que cuando la guagua escolar se detiene

STUFF

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Frente a la vitrina de una joyería una muchacha contempla las prendas de fantasía. Sus ojos brillan de deseo, pero  su sonrisa es triste; sabe que su carterita está vacía. Al lado, en la pared, hay un cartel con la foto de Paris Hilton sonriendo pícaramente.  Pobrecita Paris, no tiene culpa de tener tanto dinero.

ASMODEUS

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"Aturdido y abrumado, por la duda de los celos se ve triste en la cantina a un borracho ya sin fe, con los nervios ..." El viejo verde, amante infiel, se levantó de la cama muy temprano en la mañana. A su lado, arropada entre las sábanas, dormida y roncadora se encontraba su chilla preferida. Un litro casi vació de ron Palo Viejo decoraba la mesita de noche y cuando el hombre fue a encender la luz, cayó al piso; pero la mujer no se despertó. El plasma estaba encendido a bajo volumen y se veía a Chucho Avellanet cantar La copa rota, una vieja canción que le despertó la nostalgia de joven chulo y bohemio al concupiscente. " No la canta tan mal, pero ninguno como Felipe. Caramba, tengo que avanzar a llegar a casa de mi doña, hoy es nuestro aniversario, no vaya nunca a sospechar", se dijo. Luego se dirigió hacia el baño para lavar su caja postiza y se enredó en una fina tela de araña, de esas que se forman por la madrugada; la sacudió a la misma vez que maldecía a es

NÉMESIS

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Érase una vez un hombre que maldecía a la fuerza de la gravedad cada vez que algo se le caía de las manos, ya sea el cepillo de dientes cuando se cepillaba o el martillo cuando trataba de arreglar algo en su casa. Maldecía tanto y tanto que una mañana amaneció flotando sobre su cama y se enfermó de grave-edad.

ORI-GENES

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En el día sexto era sólo una masita de color amarillo, disforme y fetal como un grano de maíz, que dormía plácidamente en su cunita de carbón. De súbito se escuchó una voz portentosa que llenó el vacío con tres palabras: “Hágase la luz”. Entonces la masita despertó asustada, le dio hambre y pujó, pujó y pujó hasta que le crecieron piernas. Corrió hasta donde estaban los buitres y se convirtió en el primer ser humano.

TEORÍA DEL MICROPORNO

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En un microrrelato común el protagonista se introduce, se hace un nudo y luego se desenlaza. En un microrrelato porno el protagonista se des-nuda, se enlaza y luego se introduce.