MORIR DE ÉXITO

Era más o menos bueno escribiendo microrrelatos hasta que creó una bitácora, pero no tuvo muchas visitas. Para conseguir que fuera popular, envió un email a un grupo de contactos y de repente ellos le avisaron a sus  otros contactos los cuales se conectaron a su página interesados por el contenido que anunciaba el email. Sus relatos empezaron a ser leídos y a tener tanto éxito que decidió ampliar su tiempo para escribir más, pero aunque se quedó toda la noche escribiendo no fue capaz de publicarlos. Fueron tantas las personas que se conectaron a la vez  en la página  que el servidor no fue capaz de gestionar tantas visitas y se cayó; no se podía acceder al blog porque el servidor estaba saturado. Terminó estresado, “estiró la pata y enrolló el dedo gordo.” Finito. Amén.

Comentarios

  1. Esto muestra que el exceso de éxito puede matar.
    No deja de ser preferible morir así que morir de fracaso.
    Igualmente nos muestra que el personaje no estaba listo para el éxito,o hubiese conectado un sistema servidor para más tráfico.
    Los errores cuestan, cruelmente.

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  2. igual, seguro que estiró la pata con una sonrisa en la cara y satisfecha el alma

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