LA PRIMERA TRANSACCIÓN

      JAH concluyó con la creación y le preguntó al hombre cómo se sentía.
―Muy solo y aburrido ― contestó la criatura. Entonces Dios envió al Primer Ángel para que le ayudara, y éste, después de haber conversado y visto la situación por la que atravesaba el hombre, fue donde Dios y le sugirió que Adán debería de tener una dulce compañera, preciosa y tierna que le diera compañía y amortiguara su dolor. Así se hizo y Eva fue su nombre. Cierto día Adán le declaró a Eva lo que sentía:
      ―Sabes, que si lo quieres, te puedo regalar todos los diamantes de este paraíso, pero aún así no sería mucho para expresarte mi amor. Tal vez con tan sólo una flor podría yo expresarte mejor lo que siento, pero tampoco impactaría lo más profundo de mi ser. Eva, no te doy diamantes, no te doy una flor…te doy un pensamiento envuelto en amor para siempre. 
      Y Eva ripostó: 
      ―Está bien, no te preocupes papito; creo en ti. ¿Y en dónde dejaste los diamantes?

Comentarios

  1. Y desde el primer día del mundo existió el amor verdadero. Me gustó, Héctor.

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  2. Buena oración para un final...Gracias Alberto por el comentario motivador.

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  3. Pues empezamos bien ¡Madre mía! Y fueron felices y comieron manzanas.

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