TERQUEDAD

Había muerto, pero se negó a aceptarlo porque era muy terco. Hasta que un día, al estornudar, se le despegó la nariz, y entonces se resignó a su destino.

Comentarios

  1. Hay tanto muerto viviente,y otros que mueren sin merecerlo.
    Hace uno lo mejor que puede,pero sin duda que nos equivocamos de planeta,cuando no de especie,mire que hubiése podido uno nacer como ángel semental,con un cuerpo de luz invulnerable al dolor pero capaz de sentir placer por siglos.

    ResponderEliminar
  2. Wow, Carlos, eso es lo que sueño ser todas las noches en un mundo sin egoísmos: un cuerpo de luz...estupendo!

    ResponderEliminar
  3. Gracioso y eficaz. Lograste arrancarme una sonrisa, Héctor.
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Saludos, Gemma, gracias por pasar...que bueno...tiri, tiri, tiri...

    ResponderEliminar
  5. Jajaja menuda imagen para irme a dormir...XD

    ResponderEliminar
  6. Es bueno el micro, y me ha hecho reir...espero que sin niguna consecuencia, jajaja

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  7. ja-ja-ja si tienes alguna consecuencia, avísame...ja-ja-ja gracias por comentar Anonimo...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

ASMODEUS

DE HUESOS Y PALABRAS

CONTICINIOS