ESPERANDO LA LLEGADA

Penélope, con su bolsita de piel marrón, esperaba sentadita en aquel banco mientras tejía unos zapatitos de bebé. Un día pasó un hombre, se detuvo y le dijo: “Hola, soy yo.” Ella no pestañeó, sacó de su bolsa una pistolita y le disparó en el acto.

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