MURPH'Y'S LAW



El microrrelatista, cansado, se acostó, pero no hizo más que tirarse a la cama y vio una mosca en el techo. “Ay, Dio mío, no quiero levantarme solamente para matar a una mosca, pero no la puedo dejar ahí, porque si me duermo tal vez es capaz de meterse dentro de mi nariz”. Se levantó a regañadientes, buscó el mata mocas y poco a poco se fue acercando a la víctima, cuando de pronto resbaló, cayó de bruces sobre el piso y se rompió el tabique.
Ahora yace en una cama en el hospital con la nariz enyesada y lo atiende la doctora Flies.

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